Es curiosa la condición humana, y desde luego esta frase de inicio podría introducir millones de pensamientos y opiniones; pero si hay una que la merece seguro es nuestra “gestión” del amor.
Convivimos con multitud de quehaceres, necesidades reales e inventadas, propias e impuestas, buscadas y que nos encuentran, que se atropellan y nos atropellan. Hay que programar hasta el ocio, y las naderías son un lujo. Estamos llenos de obligaciones y buscamos excusas para las devociones y aficiones.
Soy padre de familia numerosa, aunque de esas que hace años no estaría en ningún top, ni tendría especial relevancia, y hoy algunos la califican de atrevimiento, y hasta los hay que utilizan el calificativo irresponsabilidad, o nos miran como si estuviéramos locos o directamente nos preguntan si lo estamos…