A lo mejor mañana es tarde o pudo ser ayer, pero ahora mismo es la hora, es esa hora en punto aunque esté pasada, en la que puedes hacer aquello que piensas, decir aquello que quisiste decir o necesitas expresar; ahora es ese minuto y ese segundo donde puedes diferenciar el resto de tu vida en positivo, porque lo negativo será no intentarlo. Justo en este instante tienes la oportunidad de ser la diferencia de ti mismo, entre lo que deseas y te planteas, y lo que vives o soportas. Justo ahora mismo puedes cambiar tu mundo un poco o un mucho, pero cambiarlo, y hacer que el resto del mundo sea distinto. Hoy, y en esta hora tienes el don de iniciar algo nuevo o terminar con algo antiguo, y a partir de ahí, reconocerte capaz de transformar la realidad.

Ahora mismo, precisamente en este minuto, o cuando leas esto, o antes de la siguiente línea; siente que lo que tú no hagas pudiendo hacerlo nadie lo hará como tú, y el mundo, tu familia, tu pareja, tus hijos o tus padres, no sabrán ni que lo pensaste, ni que tenías la capacidad de imaginarlo, de decirlo o de plantearlo. Asume en este momento que si tú no lo pruebas o no lo dices, tal vez se pierda en ese limbo infinito, que es un abismo de “nada” donde a veces se encuentran aquellas maravillas que echamos de menos.

Tras esta palabra o antes de ella, descubre que es una soberana tontería llenarte de excusas, o justificar que debes seguir leyendo o escribiendo, o esperando la frase, el momento o la oportunidad mágica para poner en marcha eso que bulle en tu corazón y sujeta tu mente. Hoy mismo aspira a ser el destino de los “me gusta” o “retweets” de desconocidos por aquello que expresas y compartes, en lugar de seguir saturando tu muro de vida de “me gustas” o “retweets” de las palabras, frases y acciones de otros, y entonces acabar contra una pared de circunloquios ajenos y de pensamientos de otros que catalogas de inalcanzables. Ya, quítate de la cabeza eso de “yo no puedo hacer nada”, o “bastante hago”, o incluso lo de “mañana será otro día”, porque será otro día pero ya no será este, y en este puedes hacer aquello que está en ti, o un poco más de lo que hiciste ayer o hace un rato.

Justo ahora, estás llamado a la ocurrencia de no reservarte ni privar al mundo de lo bueno que hay en ti, porque el mundo es el lugar donde tus dones tienen sentido, y que dentro de ti se marchitan, hibernan y envejecen para ser otros distintos que ya no reconocen el mucho al que debían salir y se esconden en el infinito de tus miedos. Sin dudarlo, descúbrete privilegiado porque puedes elegir entre seguir adormeciendo inquietudes o desatarlas y ser tu “yo” más completo aunque sea el más distinto de tu “yo” más visible.

Ten por seguro, que exactamente en esta centésima hay alguien esperando tu palabra, ese gesto, esa solución pendiente, ese beso, esa sonrisa… Justo ahora, tu acción cambiaría la vida de ese que te quiere o te quiso, justo ahora puedes hacer eso que hablasteis o pensasteis aquel día. Justo hoy puedes demostrar que eres capaz de volverlo a pensar, de volverlo a decir, o de hacerlo por primera vez. Ya…sin demora, esa canción, ese correo, esa excursión, esa novedad… ya… Hoy puede ser el día, en que empieces a hacer deporte, en que vuelvas a hablar a ese amigo o amiga, en que pidas perdón, en que des las gracias, en que te inventes un juego, en el que propongas al otro una osadía, en que dejes hablar a tu imaginación…

El tiempo es un regalo, un maestro, un juez, o un compañero…El tic-tac, las agujas que se abren y se cierran, que circulan… son la mueca de la existencia que te llama avisando: “te lo dije y  te lo estoy diciendo”… Ahora puedes, no digas que no es para ti, no digas “ojalá”… Hasta lo más inverosímil que se cruza por tu mente, merece una oportunidad, porque para eso pasea por allí y ocupa tu tiempo: nadar desnudo, o que la lluvia acaricie tu piel libre de ropa en mitad del campo; gritar desde lo alto de una montaña con la vista en el infinito, revolcarte en la arena, no dejar que te duermas a base de besos; llamar a un amor imposible; hacer lo imposible por tu amor; ser más tú siendo otro y descubriendo que eso otro eres tú mismo, más completo, idear esa noche perfecta o organiza ese  día imaginario, sorprenderte como para asustarte… También lo sencillo te reclama para que lo vivas y lo hagas con pasión, justo ahora, porque si abandonamos lo sencillo, o descuidamos lo cotidiano, lo convertimos en complejo, en difícil o en excepcional, y masacramos a los héroes de la rutina que valoran el beso en la mejilla suave de tu niño, por la mañana y por la noche, que se estremecen con el llanto ajeno, que aguan sus ojos con la emoción del prójimo; que saborean una comida, que saben que perder el tiempo a veces es el mejor modo de encontrar el tiempo perdido… Ríe a carcajadas, busca su mano y corre a su lado, mira esas fotos, haz palomitas y disfrutad esa película, dile aquello que es propio y lo impropio; enciende la vela y habla solo, reza… ahora, ya, sin retraso, porque estás siendo impuntual contigo mismo y tu alegría, y la alegría de quien está al otro de lo que eres capaz…

Ahora mismo, sí, ahora, tiene sentido que digas ese  “te quiero” a quienes lo esperan y lo merecen, o que pidas lo que necesitas, o que hagas aquello que tu amor te pidió un día, o aquello que tu esperaste un día que hicieran por ti… Ahora mismo, sí, ahora, créetelo: puedes cambiar el mundo, porque tu mundo empieza en ti, y cambiando un poco de ti, o demostrando y mostrando sólo un poco quien eres, tu mundo se proyecta a esos otros mundos que, sumados, son el mundo de todos. No lo dudes, ni un segundo, lo que haces depende de ti, lo que no haces es decisión tuya; y justo ahora, puedes dejar el lamento, la resignación y la queja, y atreverte, con lo pequeño o con lo grande, o con lo pequeño para llegar a lo grande: es el momento de ese viaje, de esa cena, de ese baño, de esa palabra, de esos besos, de esa carta, de esa confesión, de esa aventura… Justo ahora, alguien te echa de menos, aguarda tu mirada, tu pensamiento, confía en que te muevas. Nadie tiene la capacidad de hacer lo que tú eres capaz de hacer del modo que tú lo haces, por eso eres imprescindible para unos e importante para todos, y por eso, si dejas pasar este momento, vendrá otro distinto, en el que recordarás ese rato, esa ocasión que se fue.

O`clock…es la hora, no hay otra como esta. O`clock… es tu hora, no hay otra ni otro como tú… El reloj suena, el tiempo corre, la vida te espera… hasta ahora.