Entiéndase “leyes” en el amplio sentido de normas regulatorias susceptibles de publicación, y “pájaros” en cualquiera de sus acepciones figuradas y connotaciones evocadoras. Uniendo ambos conceptos y la vocación de “espantar” en el marco de un país que padece un síndrome de “hiperregulación acelerado” estadísticamente acreditable descubrimos un ingente número de leyes y normativas estatales, autonómicas, locales… que consumen espacios y papel oficial inexorablemente; sobre un extenso campo de ciudadanos, empresas, oportunidades y dificultades…

En este contexto, surge la reflexión del objetivo de esa incesante actividad legislativa y la metáfora sugerida. Así, es habitual contemplar esos campos de viñas, de tomateras, de frutales, donde se sitúan y emergen con mil formas, matices y presentaciones esos armazones fijos y vestidos simuladores de humanos, estáticos y pretendidamente amenazantes y preventivos, con el objetivo de ahuyentar a las aves y evitar daños en el fruto…

Si bien el objetivo contrasta en gran medida con el resultado, pues al final los pájaros, liderados por uno o unos pocos “valientes”, descubren la “trampa” inmóvil, acaban atreviéndose y acostumbrándose a su presencia inocua y a su compañía silenciosa e inofensiva… La reacción: renovar o multiplicar los espantapájaros y vuelta a empezar…

Y este parece ser el itinerario de nuestro sentido normativo. Leyes y más leyes para ir espantando situaciones, conductas, intenciones, actuaciones… que culminan su efecto con su aprobación y exhibición y luego permanecen inertes y expuestas pero inmóviles, estáticas, sin aplicación, hasta desvirtuarse o hasta que “los pájaros” se acostumbran a ellas, verifican su indolencia, su pasividad..

Y la solución recurrente viene a ser generalmente una nueva ley o norma para el mismo campo, envejecida, enmohecida y picoteada la anterior, donde los pájaros hasta anidan serenos.

La respuesta no son más leyes, ni muchas leyes, sino buenas leyes y aplicadas por aquellos llamados a que el texto de una norma no se convierta en un “espantapájaros”.